Soy un niño masai, ya llevo mis primeros adornos: mis tobilleras y mis moscas en la cara. Mi mamá no me hace caso y por eso lloro, igual que cualquier otro niño de cualquier otra parte del mundo. No somos tan diferentes como algunos creen.
Soy un niño masai, ya llevo mis primeros adornos: mis tobilleras y mis moscas en la cara. Mi mamá no me hace caso y por eso lloro, igual que cualquier otro niño de cualquier otra parte del mundo. No somos tan diferentes como algunos creen.