Inglaterra, más allá de Londres
¿Estás planeando viajar a Inglaterra? En esta entrada te sugeriré una breve ruta por el sur de Inglaterra, partiendo de Londres. Porque, si cuentas con tiempo suficiente, sería una pena que te limitaras a visitar la capital.
También te hablaré de otras cosas que pueden ayudarte a planear tu viaje.
Circuito por Inglaterra partiendo de Londres
Voy a recomendarte un pequeño circuito por el el sur de Inglaterra que puede realizarse en cuatro días (más uno de vuelta), con salida y regreso a Londres. Son en total 844 km, que se recorren en 12 horas, lo que nos da un promedio de unos 170 km diarios (algo menos de 2 horas y media de viaje al día). En el mapa puedes ver el recorrido propuesto.
A continuación explicaré el itinerario, día por día. Por cierto, si nunca has conducido por la izquierda y la perspectiva de hacerlo te provoca algún recelo, quizá te sirva de algo leer mi experiencia al respecto.
Día 1: Canterbury
La primera parada propuesta es el castillo de Leeds, del siglo XII, uno de los más visitados en Gran Bretaña. Luego viene la perla de esta primera etapa: Canterbury, ciudad histórica amurallada con callejuelas medievales y hermosos jardines junto al río.
La catedral de Canterbury, sede del Primado de la Iglesia de Inglaterra, es uno de los más importantes centros de peregrinación cristiana del mundo, debido a que en ella tuvo lugar el asesinato de Santo Tomás Becket, quien, por cierto, está enterrado allí.
Puedes terminar esta primera etapa en Dover, ciudad portuaria del canal de la Mancha famosa por sus acantilados blancos y dominada por su impresionante castillo.
Día 2: De Rye a Winchester
En la segunda etapa no vas a alejarte mucho de la costa sur de Inglaterra. En primer lugar puedes visitar Rye, un pueblo medieval situado en un promontorio rocoso, considerado como uno de los más bonitos del país. Luego te puedes acercar a Brighton, la ciudad de vacaciones inglesa por excelencia, en la que puedes visitar el Royal Pavilion y el Brighton Pier (muelle de Brighton). Continúa hacia el oeste hasta llegar a Arundel, bonita ciudad agrupada en torno a un castillo de cuento de hadas.
Puedes terminar esta etapa en Winchester, que precedió a Londres como capital de Inglaterra. El centro de la ciudad es compacto y puede recorrerse a pie. Está dominado por la catedral, que es uno de los edificios medievales más imponentes del sur de Inglaterra. No olvides visitar también el Great Hall (Gran Salón), la única parte del antiguo castillo de Winchester que permanece en pie. En uno de los muros del Great Hall se exhibe la Tabla Redonda del Rey Arturo. Bueno, sí, lo reconozco, es una falsificación. Pero muy antigua: fue realizada en el siglo XIII (aunque la pintura que muestra es del XVI).
Si tienes tiempo, visita también el Hospital de St Cross. Está al sur de la ciudad, demasiado lejos para hacer el trayecto a pie. Fundado en el siglo XII, una de sus funciones era proporcionar comida y albergue a los peregrinos y a los cruzados que se dirigían a Tierra Santa. Es la institución de beneficencia más antigua del país.
Día 3: Bath
¿No tuviste tiempo el día anterior para visitar Winchester? Pues dedícale a esta preciosa ciudad las primeras horas de la mañana de este tercer día. Merece la pena. Luego puedes detenerte en Stonehenge, el famosísimo monumento megalítico de la Edad del Bronce, de camino a Bath.
Bath es una ciudad balneario. Ya lo era antes de la llegada de los romanos, que la refundaron con el nombre de Aquae Sulis y construyeron las magníficas termas que aún hoy pueden visitarse. Junto a las termas está la Abadía de Bath. Además, a consecuencia del período de esplendor que Bath vivió en el siglo XVIII, la ciudad está llena de edificios georgianos, entre los que destaca el conjunto semicircular de viviendas pareadas llamado Royal Crescent. Cerca del Royal Crescent está el Circus: allí los edificios forman un anillo completo.
Si no encuentras alojamiento en Bath a buen precio, puedes dormir en la cercana Bristol.
Día 4: Los Costwolds y Oxford
No debería faltar en este viaje una visita a Stratford-upon-Avon, la ciudad natal de Shakespeare. Así que, si te parece bien, encamínate hacia allí. Pero es recomendable que abandones la carretera principal para visitar los Cotswolds, hermosa región de colinas onduladas que se extiende entre Bath y Stratford-upon-Avon. Puedes dirigirte a Bourton-on-the-Water y luego continuar hasta Broadway antes de retomar el camino a Stratford.
La ciudad natal de Shakespeare está totalmente dominada por el legado del escritor. Su centro es fácil de explorar a pie. Además de la casa natal de Shakespeare y otras casas relacionadas con él, puedes visitar la Holy Trinity Church, iglesia medieval donde está enterrado, y la Guild Chapel, construida en el siglo XIII y ampliamente reconstruida en el siglo XV.
Al salir de Stratford-upon-Avon, toma la carretera de Oxford. También esta ciudad, sin duda una de las más famosas del mundo, puede recorrerse a pie. Los edificios de la universidad se encuentran dispersos por el casco urbano. No dejes de visitar el Christ Church College, el más grande y también el más popular de Oxford.
Día 5: Regreso a Londres
Si has dormido en Oxford, estarás a unos 100 km de Londres. Puede que tengas que hacer algunos kilómetros más hasta el aeropuerto si es tu día de regreso a casa, pero, en todo caso, la distancia nunca será demasiado larga (por ejemplo, de Oxford a Stansted hay 157 km).
Vuelos y hoteles: algunas recomendaciones
Encontrar vuelos de España a Inglaterra a buen precio es muy fácil: sólo tienes que introducir las fechas de tu viaje en tu buscador de vuelos preferido. Puedes volar con Iberia o British Airways, pero también con aerolíneas de bajo coste como Easyjet o Ryanair, que enlazan con Inglaterra muchas ciudades españolas.
Los hoteles ingleses no son baratos (más bien al contrario), pero, a pesar de lo que a veces se oye, no desmerecen de los de cualquier otro país. Utiliza metabuscador de hoteles (por ejemplo, éste) para encontrar los hoteles más convenientes a los mejores precios. Si viajas en coche, asegúrate de que que los hoteles que elijas cuenten con aparcamiento gratuito (o, al menos, a un precio razonable).
Cuándo visitar Inglaterra
La mejor época es, sin duda, de mayo a septiembre. Los meses de julio y agosto son el período de mayor actividad y, de ser posible, conviene evitarlos. Lo mismo cabe decir para el período vacacional de Semana Santa. Sin embargo, no hay ningún momento en el que deba desaconsejarse absolutamente el viaje por razones climatológicas, porque el clima de Inglaterra no es tan desapacible como algunos piensan (salvo que estés pensando en ir allí para tomar el sol en en la playa, claro 😉 ).
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