¿Vas a viajar a los países bálticos? En esta entrada te sugeriré un posible itinerario, te hablaré de dinero y clima y de algunas otras cosas que pueden serte útiles.
Itinerario recomendado por los países bálticos
Seguro que el itinerario que te propongo no será para tí el mejor de los posibles, porque que no hay dos viajeros con los mismos gustos e intereses. Pero puede servirte de punto de partida en el diseño del viaje. Sería así:
Día 1. Llegada a Riga
» 2. Riga-Parnu-Tallin
» 3. Tallin
» 4. Tallin-P. N. Lahemaa-Tartu
» 5. Tartu-Sigulda
» 6. Sigulda (P. N. del Gauja)
» 7. Sigulda-Rundale-Siauliai (Colina de las Cruces)-Kaunas
» 8. Kaunas-Vilnius/Trakai
» 9. Vilnius-Riga
» 10. Riga
» 11. Vuelo de vuelta
Aquí tienes el itinerario en un mapa: Si haces clic en el mapa podrás verlo con todo detalle en Google Maps.
Comentaré brevemente los principales hitos del itinerario.
Si dispones de muy poco tiempo puedes limitarte a ver las tres capitales más Trakai (que está junto a Vilnius) y quizá la Colina de las Cruces, que tiene un interés más bien anecdótico (puedes verla cuando vayas de Riga a Vilnius).
Riga es una preciosa y colorista ciudad monumental, muy cuidada y muy turística.
Tallin tiene un magnífico casco antiguo, encerrado en lo que queda de sus murallas medievales.
Vilnius es una ciudad agradable, con un centro histórico repleto de iglesias barrocas; desde mi punto de vista, es la menos interesante; incluso podría prescindirse de visitarla si no fuera porque cerca tiene el fotogénico castillo de Trakai, situado en medio de un lago.
Si dispones de más tiempo puedes incluir en tu itinerario las localidades de Parnu y Tartu y el Parque Nacional de Lahemaa, en Estonia; el palacio de Rundale y el Parque Nacional del Gauja, en Letonia, y la ciudad de Kaunas, en Lituania.
Parnu es una agradable localidad estonia en la que puedes detenerte al viajar de Riga a Tallin.
El palacio de Rundale está en Letonia, al sur de Riga. Fue construído en el siglo XVIII por el mismo arquitecto que diseñó el Palacio de Invierno de San Petersburgo. Está en el camino de Riga a Vilnius, pero requiere una parada de una hora como mínimo. Hay que pagar para entrar al palacio y también para entrar a los jardines.
Si tu calendario lo permite, puedes pasar por el Parque Nacional de Lahemaa, en el Norte de Estonia (que fue el primer parque nacional de la extinta Unión Soviética) y llegar a Tartu, bonita ciudad universitaria que merece el viaje. Y luego puedes detenerte y hacer noche (se necesita como mínimo un día completo) en el Parque Nacional del Gauja, ya en Letonia, donde verás hermosos paisajes y antiguos castillos y podrás practicar deportes de aventura. Puedes dormir en Sigulda o en el bonito pueblo de Cesis. Y si en el camino entre Riga y Vilnius te desvías a Siauliai para ver la Colina de las Cruces, quizá te sobre tiempo para detenerte en Kaunas, la segunda ciudad de Lituania, que tiene un agradable centro histórico.
Vuelos a los países bálticos
El itinerario puede comenzarse por Tallin, Riga o Vilnius, así que debes explorar las tres posibilidades (ver vuelos a Tallin, a
Riga y a
Vilnius). Incluso una cuarta, porque hay quien afirma haber encontrado una combinación mejor volando a Helsinki y tomando el transbordador hasta Tallin. En mi caso particular, la mejor combinación (por precios, horarios y duración total del viaje) resultó ser la que me llevaba a Riga.
Hoteles
En los países bálticos hay muchos y buenos hoteles, a precios no muy diferentes de los de España (ver hoteles en Estonia, en
Letonia y en
Lituania). También hay viejos hoteles de la época soviética, no tan buenos. A mi me gustaron especialmente, por relación calidad/precio (con los precios que yo encontré en el momento de reservar mi viaje) el Hotel Villa Margaretha de Tartu, el Daugirdas Old City Hotel de Kaunas y el Hotel Barbacan Palace de Vilnius. Tenlos en cuenta al buscar hotel en estas ciudades desde tu web de reserva de hoteles favorita.
Coche y circulación en las repúblicas bálticas
Normalmente, los coches alquilados en una de las repúblicas bálticas pueden circular sin problemas también por las otras dos. Compruébalo en las Condiciones del alquiler antes de realizar la reserva.
En cuanto a la circulación, en Estonia es de tipo escandinavo (no se sobrepasa la velocidad máxima permitida, así que a veces se forman largas filas de vehículos en las que nadie inicia una maniobra de adelantamiento). Adaptándome a ese tipo de conducción, yo no tuve el más mínimo problema (si no te adaptas es posible que los tengas; con la policía, claro).
En Letonia, la conducción es más bien de tipo portugués (muchos vehículos se salen al arcén para que puedas adelantarlos, algo que yo sólo había visto hasta entonces en el sur de Portugal; de modo que en una carretera de sólo un carril por sentido pueden cruzarse tres coches, incluso hay quien asegura haber visto cruzarse a cuatro, lo que puede resultar peligroso para quien padezca alguna enfermedad cardíaca 😀 . Por cierto, allí sí se sobrepasa la velocidad máxima permitida.
En cuanto a Lituania, mi impresión es que en ese país se infringen las normas de circulación bastante más que en España. Pero tampoco es Sicilia, y mucho menos Egipto o Sri Lanka.
Las carreteras son buenas en Estonia, y no tan buenas en Letonia y Lituania.
Dinero, clima, comidas…
En los países bálticos está muy generalizado el uso de la tarjeta de crédito, así que no tendrás que llevar una gran cantidad de dinero en efectivo.
La cerveza es muy buena. Puedes elegir entre la botella de 0,3 y la de 0,5 litros, pero esta última es la favorita de todo el mundo 🙂 .
En cuanto al clima, empezaré diciendo que yo estuve allí en la primera mitad del mes de julio. Tuve algunos días de sol, pero lo normal era que lloviera varias veces en el día, alternándose las lluvias con fases de nubes y claros. En Lituania y en Riga, al final del viaje, no me llovió. En cuanto a la temperatura, magnífica: ni frío ni calor (aunque mi mujer afirma haber pasado frío; creo que lo hace para llevarme la contraria). Claro que llevábamos chubasquero, y un jersey para cuando era necesario. Tan buena era la temperatura que nos aficionamos a las terrazas, y en la última parte del viaje comíamos y cenábamos siempre en terrazas (en algunas de las cuales había una manta a disposición de cada cliente, por si acaso; pero tengo que decir que no la necesitamos ni una sola vez).
Pero, claro, no todo el año las temperaturas son esas. Si no quieres pasar frío, mejor será que no elijas para tu viaje fechas anteriores a mayo ni posteriores a septiembre.
La comida es aceptable y barata (salvo en Riga, donde es más cara). Pero hay que tener cuidado con los platos típicos, porque su ingrediente básico puede ser el tocino. Lo digo por experiencia.
Para más información, puedes leer el relato de mi viaje a los países bálticos.
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