El Alentejo, la región del sur de Portugal que comienza a la altura de Lisboa y llega hasta el Algarve, es una de las menos alteradas por el turismo. Eso nos va a permitir hacer una inolvidable ruta en coche visitando ciudades y pueblos fronterizos aún fortificados y amurallados, y atravesando bosques, dehesas, olivares y fincas agrícolas y ganaderas. Y luego, al llegar al Atlántico, recorriendo acantilados escarpados, playas casi vírgenes y pequeños pueblos de pescadores.
Nuestra ruta por el Alentejo parte de de Elvas, junto a la frontera con España (a la altura de Badajoz). Pasa por Estremoz y Évora. Luego nos lleva al Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina, en el litoral atlántico: bajaremos por la costa hasta llegar al límite con el Algarve. Y finalmente regresaremos cruzando el Bajo Alentejo, con parada en Mértola, hermosa ciudad cargada de historia. Puede hacerse en cuatro días, en cinco… o en los que uno quiera dedicarle.
Aquí está el mapa de la ruta por el Alentejo:
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El Alentejo Central
Elvas
Elvas, ciudad fronteriza, tiene un centro histórico fortificado y dos fortalezas exteriores (Santa Lucía y Nuestra Señora de Gracia) que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En el centro de la ciudad está la plaza de la República.
Desde la plaza de la República pasearemos por las estrechas calles de su hermoso casco histórico.
No podemos perdernos el Largo de Santa Clara, una pintoresca plaza triangular adoquinada rodeada de casonas señoriales, cerrada en su base por la Iglesia de las Dominicas y que tiene en su vértice el Arco de Santa Clara, una puerta árabe flanqueada por dos torres y coronada por una galería.
En el centro de la plaza se encuentra la picota, del siglo XVI. Es una columna de mármol que aún conserva cuatro brazos de hierro, con forma de cabezas de dragón, de los que se colgaba a los condenados.
Elvas también cuenta con un acueducto, construido en el siglo XVII para traer agua a la ciudad desde la localidad de Amoreiras. El acueducto, de más de 8 km de longitud, es el mayor de la península ibérica.
Vila Viçosa y Estremoz
Desde Elvas nos dirigiremos a Borba, villa famosa por sus vinos y sus mármoles.
Muy cerca de Borba encontraremos Vila Viçosa, que tiene un notable patrimonio arquitectónico. En la enorme plaza llamada Terreiro do Paço está el Palacio Ducal, que fue durante siglos la sede de los Braganza, una familia noble que se convirtió en el siglo XVII en la casa reinante de Portugal.
Por supuesto, Vila Viçosa tiene también un castillo.
A un cuarto de hora de coche está Estremoz, ciudad (también) amurallada con un castillo del siglo XIII transformado en pousada.
En el Largo Dom Dinis, además del castillo-pousada están la Iglesia Matriz y el antiguo ayuntamiento, que actualmente alberga la galería municipal de exposiciones temporales Dom Dinis.
Évora
Camino de Évora haremos una parada en Evoramonte, un pequeño pueblo con un castillo que está encerrado entre murallas.
Y luego llegaremos a Évora, ciudad en la que han dejado su huella los romanos, los musulmanes y diferentes dinastías portuguesas. Su centro está bien conservado, y ha sido clasificado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Quizá el monumento más famoso de Évora sea el templo romano conocido como templo de Diana.
Pero en la ciudad hay muchas cosas interesantes que ver. En primer lugar, su catedral, originalmente románica pero reconstruida en estilo gótico en el siglo XV.
La catedral de Évora tiene un magnífico claustro puramente gótico.
No olvidaremos subir a la techumbre del templo.
Desde allí tendremos impresionantes vistas de la ciudad y del claustro.
Contigua a la cercana iglesia de San Francisco está la Capilla de los Huesos (Capela dos ossos), cuyos muros y columnas están totalmente tapizados con huesos humanos. La de Évora, por cierto, no es la única capela dos ossos de Portugal: hay otras, entre ellas la de la Igreja do Carmo de Faro y la de Alcantarilha.
El foco de la animación de la ciudad es la preciosa plaza del Giraldo.
El crómlech de Los Almendros
El crómlech de los Almendros está a sólo media hora de Évora. Merece la pena desviarse un poco del camino que nos llevará a la costa alentejana para explorarlo. Eso sí, una parte del trayecto lo realizaremos por un camino de tierra con muchos baches. Si no te interesa demasiado la prehistoria y no quieres que tu coche se cubra de polvo puedes ahorrarte el desvío. Pero lo repito: merece la pena. Y no sólo por los casi cien menhires colocados en orden geométrico, que forman el monumento megalítico más antiguo del continente europeo, sino también, si el tiempo acompaña, por el relajante entorno de dehesas y alcornocales.
Ruta por el Alentejo Litoral
Porto Covo y la playa de Malhão
El camino hasta la costa nos llevará a Sines, el lugar de nacimiento de Vasco de Gama. Sines, antiguo pueblo de pescadores, se ha convertido en una pequeña ciudad industrial con la mayor zona portuaria de todo Portugal. No es un lugar que merezca la pena visitar, pero lo encontraremos obligatoriamente en nuestra ruta.
Pasando Sines en dirección sur, pronto entraremos en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina. Vamos de una zona industrial a un paraíso natural.
Porto Covo sigue siendo un pueblo de pescadores con bellas playas escarpadas y escondidas.
Al sur del núcleo de Porto Covo está la isla abandonada de Pessegueiro, en la que pueden verse las ruinas de un fuerte construido en el s.XVII para defender el litoral. Enfrente, en la costa, hay una fortaleza gemela. Y hermosas playas.
Más al sur encontramos playas casi vírgenes, a las que se accede por senderos señalizados y pasarelas de madera, para proteger la vegetación.
En la enorme zona denominada genéricamente como Playa de Malhão coexisten diversas playas pequeñas con diferentes accesos, todas ellas de una belleza casi sobrecogedora. Aunque en pleno verano, con más bañistas, perderán parte de su atractivo.
La costa de Almograve y el Cabo Sardão
Al sur de Porto Covo está la localidad de Vilanova de Milfontes, destino de vacaciones de los alentejanos. Y más abajo las costas deshabitadas de Almograve, con playas escondidas como la de los Carriços.
Y luego llegamos a Cabo Sardão, donde la costa se hace aún más abrupta. En los acantilados puedes ver nidos de aves marinas, pero también de cigüeñas. Si buscas en la foto de abajo a lo mejor encuentras uno.
Dejando atrás Cabo Sardão, con su faro, llegaremos a Zambujeira do Mar.
Zambujeira y Azenha do Mar
La costa de Zambujeira do Mar también nos ofrece pequeñas playas entre acantilados. Seguimos en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina, que llega hasta el final del Alentejo y continúa por el Algarve hasta doblar el Cabo San Vicente.
El último pueblo alentejano antes de entrar en el Algarve es Azenha do Mar, que vigila desde las alturas su minúsculo puerto protegido por rompeolas.
Ruta por el Alentejo: el Bajo Alentejo
Mértola
Regresamos desde Azenha do Mar y atravesamos el Bajo Alentejo, pasado por Odemira, Ourique y Castro Verde hasta llegar a Mértola.
Mértola es una preciosa (pequeña) ciudad agrupada en torno a su castillo medieval en una colina sobre el río Guadiana. Tiene una larga historia, como atestigua el Campo Arqueológico de Mértola (situado junto al castillo) en el que veremos restos de los períodos romano, visigodo e islámico.
La Igreja de Nossa Senhora da Anunciação o Iglesia Matriz de Mértola, situada junto al castillo y el Campo Arqueológico, fue construida en el siglo XII. Era originalmente una mezquita, y su campanario era el alminar. Aún hoy, su interior de columnas tiene un inconfundible aire islámico.
En el siglo XVI, la iglesia sufrió importantes obras de renovación, y se sustituyó su cubierta. La puerta principal es renacentista , pero el conjunto de almenas y pináculos cónicos pertenecen al estilo mudéjar alentejano.
No hay que conformarse con visitar el castillo, el campo arqueológico y la iglesia. Mértola merece un tranquilo paseo por sus empinadas calles, que a veces se asoman al Guadiana. Preferiblemente no vengas en verano, porque es posible que haga demasiado calor.
Si dispones de un par de horas extra, puedes visitar desde Mértola el Pulo do Lobo, una estrecha brecha entre rocas por la que se precipitan las aguas del Guadiana. La verdad es que en la actualidad, debido al aprovechamiento para el riego de las aguas del río, el caudal que presenta en el Pulo do Lobo no es precisamente espectacular.
El lugar está en una propiedad privada, y para acceder tendrás que abrir una verja metálica que un cartel ruega cerrar después de haber pasado.
Desde Mértola puedes regresar a España por el Puente Internacional del Bajo Guadiana, que te llevará desde Pomarão hasta El Granado (Huelva).
Claro que si quieres que tu ruta sea circular y prefieres salir por el paso fronterizo de Elvas, puedes subir hasta Serpa, encerrada dentro de sus murallas, y luego continuar hasta Beja, la capital del Bajo Alentejo, con su castillo medieval. Finalmente, antes de completar el círculo, llegarás a Monsaraz, con su conjunto urbano amurallado y su fortaleza del siglo XIV.
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