La ciudad vieja de Damasco, al atardecer, es perfecta para pasear. Esta calleja no está lejos de la Gran Mezquita de los Omeyas.
En la ciudad vieja de Damasco las calles son, a veces, tan estrechas que las casas de uno y otro lado llegan a tocarse.
La ciudad vieja de Damasco, al atardecer, es perfecta para pasear. Esta calleja no está lejos de la Gran Mezquita de los Omeyas.
En la ciudad vieja de Damasco las calles son, a veces, tan estrechas que las casas de uno y otro lado llegan a tocarse.