Benarés, cada vez más conocida por los castellanohablantes por su nombre oficial de Varanasi, ciudad de cerca de cuatro millones de habitantes situada a orillas del Ganges, es la más santa de las ciudades santas del hinduísmo. También es una ciudad santa para los jainistas. Y uno de los destinos casi obligados para todo viajero que recorre la India.
Al llegar a Benarés, quizá te sorprenda el caos de su tráfico.
Allí, vehículos de todas clases (coches, motos, bicicletas, ricksaws, tuk-tuks) pelean por cada metro cuadrado de cada calle entre ellos y con los peatones, para no hablar de las vacas y otros animales que también participan en la fiesta. Aunque si llevas algún tiempo en la India, quizá ese caos te resulte conocido. Porque, comparado con el de otras ciudades, viene a ser más de lo mismo. Lo mismo, pero más. Otra cosa que puede extrañarte la enorme cantidad de basura que hay en las calles, aunque también esa imagen te sonará a conocida. Pero lo que probablemente no hayas visto en otros sitios sean los grupos de peregrinos, vestidos de color azafrán, que caminan cantando y gritando hacia los templos o los ghats (las escalinatas que bajan hasta la orilla del Ganges).
Los ghats de Benarés
En los ghats se bañan los peregrinos en las aguas del Ganges, sucias pero sagradas.
También en los ghats están los crematorios en los que se convierten en cenizas los cuerpos de los afortunados que mueren en Benarés. Y digo afortunados porque, para los hindúes, quien muere en la ciudad se libra automáticamente del ciclo de la reencarnación (que es para ellos el equivalente a ir al cielo). Los crematorios se pueden visitar, aunque no fotografiar. Es decir, se puede subir a la plataforma en la que tienen lugar las cremaciones, pero no fotografiar el fuego o las cenizas, lo que sería una grave falta de respeto. Sí se puede fotografiar el exterior (la foto que puedes ver más arriba está tomada desde el crematorio del Manikarnika Ghat, el más conocido de los ghats de cremación de Benarés).
Por cierto, viendo la fotografía quizá te preguntes: ¿dónde están los escalones del ghat? La respuesta es: bajo las aguas. Porque las lluvias del monzón de verano hacen que suba el nivel del Ganges hasta cubrir los ghats. Tampoco pueden navegar en esas fechas las barcas que en otras más propicias permiten a los viajeros contemplarlos desde el río. Sólo esas, aunque no nos importara tener que soportar el calor y la humedad, serían razones suficientes para no viajar a Benarés en verano. Siempre que pudiéramos elegir otra estación, claro.
Los templos (ocultos) de Benarés
Los principales templos de Benarés no pueden visitarse. El famoso Kashi Vishwanath (llamado el Templo Dorado por sus cúpulas recubiertas de pan de oro) y la mezquita Gyanavapi están el uno junto a la otra. De hecho, parece ser que la mezquita fue erigida por los mogoles en el que había sido el emplazamiento original del templo. Templo y mezquita llevan ya bastantes años estrechamente custodiados por la policía (que pretende evitar atentados y enfrentamientos entre hindúes y musulmanes). No está permitida la entrada a los viajeros en ninguno de los dos. Es más, ni siquiera puede uno acercarse a la zona en la que se encuentran.
Para ver sus cúpulas asomando sobre los tejados de las casas cercanas tuvimos nosotros que desprendernos de todo tipo de objetos salvo el dinero y la documentación y pasar estrictos controles policiales, que incluían arco detector de metales y control de pasaportes. Y, como digo, sólo pudimos ver las cúpulas. Esto fue en agosto de 2013, algunos días después de uno de los frecuentes incidentes fronterizos entre India y Pakistán, así que a lo mejor tú tienes más suerte. Hay quien asegura haber entrado en el patio del templo hindú. También hay quien dice que el templo puede verse desde algún edificio cercano… Insístele a tu guía. Espero que sea mejor que el nuestro.