En la Gran Mezquita de los Omeyas (Damasco, Siria) las mujeres rezan en la zona que tienen reservada (separada por unas cadenas, como se ve en la foto). Cuando alguna sale de esa zona, los vigilantes de la mezquita la hacen volver a ella.
Pero las extranjeras (las turistas) sí pueden recorrer líbremente toda la mezquita. Claro está, ellas han tenido que pagar entrada…