En el paradisíaco entorno de los lagos de Plitvice empezó, en 1991, la antepenúltima Guerra de los Balcanes. El Parque Nacional de los lagos de Plitvice está en la Krajina, una región de Croacia cuya población era entonces mayoritariamente serbia. Cuando Croacia proclamó su independencia de Yugoslavia, los habitantes serbios de la zona se negaron a secundar la secesión. A finales de marzo de 1991, milicianos serbios se apoderaron del Parque. Cuando llegó la policía de Zagreb a desalojarlos, se produjo un enfrentamiento armado, conocido en Croacia como la pascua sangrienta de Plitvice. Al día siguiente, con la excusa de interponerse entre las partes enfrentadas, se presentaron en el Parque los tanques del ejército federal yugoslavo, y los croatas fueron obligados a abandonar la zona. Pocos meses después se iniciaron las operaciones bélicas a gran escala.
Croacia no recuperó el Parque hasta 1995.