
Granada es una ciudad relativamente pequeña, que puede (y debe) ser visitada a pie. Si tu alojamiento está bien situado, tendrás todos los puntos de interés de la ciudad al alcance de la mano. Repasemos los lugares de Granada que no deberías perderte.
1. La Alhambra y el Generalife
La Alhambra es un conjunto de palacios, jardines y fortalezas levantado en época medieval como alojamiento de la corte del reino nazarí de Granada. Situado fuera de las murallas de la Alhambra, el Generalife era el palacio de verano de los reyes nazaríes.

Para visitar la Alhambra deberás comprar la entrada online con bastante antelación en la web oficial del Patronato de la Alhambra. Si no lo haces así, te verás obligado a adquirirla a un precio muy superior en alguna agencia (ya sea para una visita en grupo con guía, ya sea para visitarla por tu cuenta con audioguía). Ojo, que si buscas en Google dónde adquirir las entradas, los primeros resultados que verás corresponderán a las agencias privadas, que por cierto se anuncian con los términos entradas oficiales o tickets oficiales.
Aparte de la entrada general, existe también una entrada más barata que te permite visitar los jardines, el Generalife y la Alcazaba, pero no los palacios nazaríes. Esta entrada se puede adquirir con menos antelación.
En el recinto de la Alhambra está el palacio de Carlos V, de estilo renacentista.

2. La Carrera del Darro y el Paseo de los Tristes
Partiendo de la Plaza Nueva y la Plaza de Santa Ana, que merecen ser visitadas sin prisas, la Carrera del Darro sube, al pie del Albaicín, por la ribera del río Darro, en paralelo a las murallas de la Alhambra (que está al otro lado del río).

En la Plaza Nueva destaca el edificio de la Real Chancillería de Granada. Su continuación toma el nombre de Plaza de Santa Ana de la iglesia, de estilos renacentista y mudéjar, que tiene en su cabecera. En esta plazoleta puede verse también la fuente conocida como Pilar del Toro, obra del arquitecto renacentista Diego de Siloé.
En la Carrera del Darro está el Bañuelo, baños árabes del siglo XI (o quizá del XII, eso está aún en discusión).

Al otro lado del río tienes la Alcazaba del conjunto de la Alhambra. Si sigues adelante por la Carrera del Darro encontrarás el Museo Arqueológico de Granada, ubicado en la Casa del Castril, una bonita casa señorial del siglo XVI. El contenido del museo es escaso, pero la Casa merece una visita. Por cierto, la entrada es gratuita.
Cuando llegues al Paseo de los Tristes tendrás a tu derecha una magnífica vista de los palacios nazaríes de la Alhambra. Y si tomas una bocacalle a la izquierda llegarás a la Casa Morisca Horno de Oro, una casa nazarí de una sola planta a la que se añadió posteriormente un segundo piso.
3. La catedral y la Capilla Real
La catedral de Granada, construida sobre la mezquita mayor de la ciudad, está considerada como una de las obras cumbre del Renacimiento español.

La Capilla Real, cuya entrada se paga aparte de la del edificio principal de la catedral, es de visita obligada. Es un anexo, construido en estilo gótico para servir como capilla funeraria.
En la Capilla Real están los mausoleos de los Reyes Católicos y de su hija, Juana la Loca, y el marido de ésta, Felipe el Hermoso.

Debajo de los mausoleos está la cripta con las tumbas.
4. La Madraza
Frente a la Capilla Real está el Palacio de la Madraza, que fue un centro de estudios coránicos y científicos en la época nazarí. Luego, ya en época cristiana, fue sede del Ayuntamiento de la ciudad. Del antiguo edificio no ha quedado mucho, pero, por suerte, se conservó el magnífico oratorio musulmán.
5. El Albaicín
El barrio del Albaicín, situado en una colina al norte del recinto de la Alhambra, es uno de los núcleos de la antigua Granada musulmana. En su parte baja, junto al Darro (y frente a la Alhambra), están el Bañuelo, la Casa del Castril y la Casa Morisca Horno de Oro. En su lado oeste, entrando por la Puerta de Elvira puede recorrerse la calle del mismo nombre (que sirve de frontera al barrio), hoy en día llena de restaurantes halal y tiendas que parecen directamente trasplantadas de Marruecos o Túnez.
Pero también hay que subir las cuestas del Albaicín y callejear por su parte alta. Por cierto: procura llevar un buen calzado, porque las cuestas empedradas son muy resbaladizas. Si no quieres cansarte puedes coger un bus en la Plaza Nueva para subir y luego bajar andando, pero la advertencia del calzado cómodo sigue siendo válida: es más fácil resbalarse al bajar que al subir.
Uno de los lugares más visitados del Albaicín es el Mirador de San Nicolás, desde el que se tiene una magnífica vista de la Alhambra (sobre todo al atardecer).
6. El Realejo
El Realejo, que era el antiguo barrio judío de la Granada musulmana, está situado al sur del Albaicín (y de la Alhambra). Hay que dedicar algunas horas a caminar sin rumbo por este barrio y sorprenderse con sus callejuelas y sus plazas, sus casas y sus palacios.
Y también con sus iglesias, como la de Santa Ana (que vimos anteriormente) o la de Santo Domingo.
Callejeando por el Realejo te encontrarás con la Casa de los Tiros, un torreón del siglo XVI cuya fachada está decorada con cinco esculturas de héroes clásicos. No pases de largo, el interior merece la pena.
Y me refiero al interior del edificio, aunque el museo que alberga no carece de interés. Como muestra, abajo puedes ver un detalle del artesonado del techo y las pinturas murales de una de sus salas.

7. El Monasterio de San Jerónimo
Fundado por los Reyes Católicos, el Real Monasterio de San Jerónimo es un conjunto arquitectónico renacentista integrado por la iglesia y el monasterio propiamente dicho. Éste cuenta con dos claustros, uno visitable y el otro reservado para la comunidad de monjas de clausura que lo habita.

La suntuosa iglesia del monasterio se debe a Jacobo Florentino y a Diego de Siloé, que heredó la dirección de los trabajos cuando murió el italiano.

En esta iglesia fue enterrado Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, aunque, según las últimas investigaciones, los restos que reposan en la tumba que lleva su nombre no serían los suyos.
8. La Cartuja
Como su nombre indica, la Cartuja de Granada es un antiguo monasterio cartujo. Está ubicada en la zona norte de la ciudad, algo alejada del resto de los lugares a visitar, pero deberías buscar un hueco para acercarte hasta allí: merece la pena. Y no está tan lejos, sólo a media hora escasa (caminando) de la catedral.
La construcción de la Cartuja duró tres siglos, del XVI al XVIII, y en ella pueden verse distintos estilos, del gótico al barroco, pero cuando la hayas visto no la recordarás por la crucería gótica del refectorio, sino por el Sagrario (y su cúpula) y la sacristía barroca.
No sé si en algún lugar del mundo existirá una sacristía comparable. Ignoro si podrá encontrarse alguna tan grande, pero dudo que haya otra tan ornamentada y tan excesiva como la de la Cartuja de Granada.