Hangzhou (pronúnciese «Jang-Yóu») es una ciudad china muy antigua que dispone de suficientes atractivos como para haberse convertido en uno de los principales destinos turísticos del país. Da fe de su antigua belleza el proverbio chino que dice: «Arriba está el cielo. Abajo, Suzhou y Hangzhou». En el siglo XIII, la ciudad fue visitada por Marco Polo, que dijo de ella que era la más hermosa y magnífica del mundo. En siglos posteriores, sufrió diversos saqueos y destrucciones y perdió importacia.
Hangzhou está lo suficientemente cerca de Shanghai (y lo suficientemente bien comunicada con ella) como para que se pueda ir y volver en el día cómodamente.
El lago del Oeste en Hangzhou
El principal atractivo de Hangzhou es lago del Oeste, que ha sido declarado por la Unesco patrimonio de la Humanidad bajo el nombre de Paisaje cultural del Lago del Oeste en Hangzhou. El lago, explica la Unesco, «ha inspirado a famosos poetas, pensadores y artistas desde el siglo IX. Alberga numerosos templos, pagodas, pabellones, jardines, árboles ornamentales, así como un paso elevado e islas artificiales. […] El Lago del Oeste ha influido el diseño de jardines en el resto de China así como en Japón y Corea durante siglos».
Merece la pena pasear alrededor del lago. Es un paseo de unas cuantas horas. Alternativamente, se puede tomar una de las embarcaciones que surcan sus tranquilas aguas. En la orilla sur está la pagoda Leifeng, una torre octogonal de cinco pisos construida originalmente en el siglo X que se derrumbó en 1924 y fue reconstruida en 2002. Se llega a la base de la pagoda mediante una eslera mecánica y se sube a su cima en ascensor.
Desde la cima de la pagoda se tienen unas magníficas vistas del lago y alrededores.
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