Heidelberg es una de las ciudades más atractivas de Alemania. Es conocida por su castillo y su hermoso casco antiguo, y cuenta con la universidad más antigua de toda el país (fundada en el siglo XIV).
Antes de subir al castillo (o palacio) de Heidelberg, pasearemos por el casco antiguo, con calles empedradas llenas de encanto, casas tradicionales, tiendas, cafeterías y restaurantes.
La Hauptstrasse es la calle central del casco antiguo de Heidelberg, el Altstadt. Atraviesa todo el barrio. Es una de las calles peatonales más largas de toda Europa, y la calle comercial por excelencia de la ciudad.
La Hauptstrasse se ensancha por su flanco norte dando lugar a la Plaza del Mercado (Marktplatz). Allí nos topamos con la iglesia gótica del Espíritu Santo, la más grande de Heidelberg, que originalmente fue católica pero hoy es protestante. Su interior es austero.
El Puente Viejo de Heidelberg y el mono
Continuando por Hauptstrasse en dirección oeste (hacia el castillo) llegamos al Puente Viejo, un puente de piedra sobre el río Neckar que conecta el centro histórico con el distrito de Neuenheim.
A la entrada del puente veremos la escultura de bronce de un mono, que tiene una curiosa historia:
Parece ser que ya en el siglo XV podía verse la estatua de piedra de un mono junto a la torre que defendía el puente (que, por cierto, en aquel tiempo era de madera; el puente, no la torre). El mono se tocaba su trasero desnudo, que apuntaba hacia la ciudad de Mainz, situada al otro lado del río, aunque a bastantes kilómetros de distancia. Se cree que la burla estaba dirigida a los obispos de Mainz, por un tema de rivalidad política.
En el siglo XVII, la estatua fue destruida. Pero en los años 70 del siglo pasado se decidió volver a colocar un mono a la entrada del puente, y así nació la actual estatua, de bronce y cabeza hueca.
En el lado de la ciudad se ha conservado la puerta medieval del puente, parte de la antigua muralla.
El castillo de Heidelberg (Heidelberger Schloss)
Desde el puente (y desde la ribera opuesta del río) tenemos unas vistas magníficas del castillo y de las colinas que rodean la ciudad.
El castillo-palacio de Heidelberg (Heidelberger Schloss) es un castillo de origen medieval parcialmente en ruinas, que incluye importantes edificaciones renacentistas. Situado en lo alto de una colina, ofrece vistas espectaculares del valle del río Neckar y de la ciudad.
Cerca del Puente Viejo está el funicular que facilita el acceso al castillo. Es recomendable utilizarlo, porque la cuesta de subida al castillo es muy empinada.
Una vez arriba, puedes explorar las ruinas del castillo y ver el famoso Gran Tonel (Großes Fass), uno de los barriles de vino más grandes del mundo.
También puedes visitar el museo de farmacia, en el que se exponen los interiores perfectamente conservados de diversas farmacias históricas de los siglos XVII a XIX, así como una colección de recipientes hechos de vidrio y loza y de instrumentos antiguos.
Tras salir del palacio visitaremos los extensos jardines, que tienen un valor añadido: las magníficas vistas que ofrecen de la ciudad de Heidelberg y el río Neckar.
De vueta al Heidelberger Altstadt
Bajamos caminando desde el castillo al casco antiguo de Heidelberg (Heidelberger Altstadt) y llegamos a Kornmarkt…
…y luego. de nuevo, a Marktplatz, donde se encuentra la iglesia del Espíritu Santo.
El atardecer es un buen momento para tomar algo en la Plaza del Mercado, a los pies del castillo de Heidelberg.