El Palacio de Diocleciano es un grandioso palacio que se hizo construir el emperador romano de ese nombre en un lugar solitario de su Dalmacia natal.
Cuando abdicó, Diocleciano se retiró a su palacio, que en realidad era una enorme fortaleza cuyas murallas encerraban una pequeña ciudad. En torno al palacio nació luego la gran ciudad de Split.