En el sitio arqueológico de Afrosiab, en Samarcanda, está el mausoleo del profeta Daniel, venerado por los musulmanes igual que por los judíos y los cristianos.
Lo curioso de este mausoleo es el enorme tamaño del sarcófago, que puede apreciarse en la foto. Cuentan que los restos del profeta crecían de año en año, y, en consecuencia, había que agrandar el sarcófago. También cuentan que, cuando las autoridades comunicaron su decisión de no dar más dinero para la adaptación del sarcófago, los restos dejaron de crecer. Aunque es probable que ninguna de las dos cosas sea cierta.