El Santo Sepulcro, Jerusalén. Hace tiempo que se ha puesto el sol, y ya ha terminado la ceremonia del cierre de la puerta de la basílica. Aparentemente, todo está tranquilo.
Pero (y nunca mejor dicho) la procesión va por dentro. En la fachada, sobre la cornisa y apoyada en la ventana de la derecha, puede verse una escalera de madera. El detalle no extrañará a nadie… hasta que se entere de que la escalera lleva ahí nada menos que siglo y medio. Al menos eso aseguran fuentes solventes, como la Wikipedia (que, además, aporta pruebas gráficas) o el diario El País. Las diferentes confesiones cristianas con presencia en la basílica se llevan tan mal que en siglo y medio no han sido capaces de ponerse de acuerdo en algo tan sencillo como quién debe retirar la escalera.